Prevenir el suicidio es tarea de todos: señales, recomendaciones y cómo actuar a tiempo
Comprender que hay detrás de una conducta suicida puede ser la clave para prevenirla. No se trata únicamente de una decisión repentina, si no de un proceso silencioso que, en muchas ocasiones, da señales que pasan desapercibidas.
El suicido es la manifestación de un profundo sufrimiento emocional. No siempre es evidente, y muchas veces quienes lo contemplan se sienten incomprendidos, solos o atrapados. Por eso, generar espacios de conversación, educación emocional y acompañamiento puede marcar la diferencia.
Señales de alerta a las que debemos estar atentos:
- Cambios repentinos en el estado de ánimo, especialmente tristeza persistente, irritabilidad o desesperanza.
- Aislamiento social o pérdida de interés por actividades que antes eran placenteras.
- Frases como "quisiera desaparecer", "no puedo más" o "la vida no vale la pena".
- Cambios en los hábitos de sueño o alimentación.
- Despedidas inusuales o entrega de objetos personales valiosos.
¿Cómo ayudar? Algunas recomendaciones claves:
- Escuchar sin juzgar: estar presente y permitir que la persona exprese lo que siente sin minimizar su dolor.
- Hablar abiertamente: preguntar directamente si ha pensado en hacerse daño, puede salvar una vida. Contrario al mito, hablar del tema no "empuja" a nadie a actuar.
- Buscar ayuda profesional: contactar psicólogos o psiquiatras.
- No dejar sola a la persona si hay riesgo inmediato: acompañarla y remover cualquier objeto que pueda representar un peligro.
- Crear redes de apoyo: incluir familia, amigos y profesionales en el proceso de acompañamiento y tratamiento.
Recuerda: ¡pedir ayuda es un acto de valentía!